Mejorar la calidad del aire | En el reciente evento virtual Builder PropTech, C.R. Herro, vicepresidente de innovación de Meritage Homes, y Alex Akel, presidente de Akel Homes, destacaron tanto la importancia del aire saludable para los clientes como la necesidad de un sólido sistema de calidad del aire interior, no sólo como una mejora, sino como una característica estándar de un espacio de vida.
La calidad del aire siempre ha sido un punto fuerte de preocupación para los clientes, dijo Akel, incluso antes de COVID-19. En un estudio de 2018, el Harvard Joint Center for Housing Studies descubrió que el 30% de los compradores de viviendas estadounidenses habían expresado su preocupación por que sus casas pusieran en peligro su salud. De todos los participantes, el 75% estaba preocupado por la calidad del aire interior, siendo los millennials de entre 25 y 34 años los más propensos a estar preocupados.
Akel conjetura que si el estudio se volviera a realizar hoy en día, después de COVID-19, el porcentaje sólo sería mayor. Los compradores no sólo quieren mantener el virus fuera de sus espacios interiores, sino que la experiencia de la pandemia -el aumento del tiempo que se pasa en casa, en particular- ha creado una mayor comprensión de la relación entre la calidad del aire interior y la salud.
“Los clientes mantienen conversaciones diferentes sobre el tema, y sin duda está más presente”, afirma Akel. “Y los clientes están muy preocupados por sus nuevas viviendas, especialmente los compradores que buscan en la reventa o en el inventario más antiguo en comparación con la nueva construcción. Y para los constructores de viviendas nuevas, aquí es donde realmente podemos diferenciarnos.”
Los constructores de viviendas nuevas tienen más acceso a los productos de construcción bajos o sin COV que en el pasado. Algunos se han vuelto tan comunes que los constructores pueden estar utilizándolos sin saberlo. Esto supone una ventaja en sí misma con respecto al inventario de reventa o a las casas más antiguas. Los muebles, las pinturas, las colas, los acabados, la humedad de la construcción y las alfombras pueden ser fuentes de COV, especialmente las alfombras antiguas, según Herro, ya que a menudo se trataban con formaldehído, un importante carcinógeno.
“Gran parte de esta estrategia se reduce a dar la oportunidad a los consumidores de ser conscientes de que… ya no es necesario aceptar esa norma mínima”, dijo Herro. “Y lo que hemos descubierto desde mediados de los años 70 es que no todo lo que los químicos pueden fabricar es bueno para respirar”.
Aunque no sea posible eliminar los COV de todos los productos de construcción, Herro afirmó que una de las características de la construcción de un entorno de aire interior saludable es limitar las fuentes de COV siempre que sea posible. Esto no sólo incluye evitar productos de construcción que produzcan partículas, sino también garantizar una ventilación adecuada para reducir la humedad, eliminar las partículas y hacer entrar aire fresco, así como transmitir la importancia de esa ventilación a los clientes.
Akel afirma que, cuando mantiene las primeras conversaciones con los compradores de viviendas, aborda los cuatro objetivos de los sistemas de calidad del aire interior: minimizar las emisiones interiores, las emisiones exteriores y la humedad, así como una circulación eficaz. Además de minimizar o eliminar las fuentes de COV dentro de la casa, crear y mantener un aire interior saludable significa filtrar o eliminar las partículas exteriores que puedan servir de alérgenos. La solución más sencilla es un sistema de filtración y purificación del aire para toda la casa, que puede eliminar hasta el 90% de las partículas de 2,5 micras o menos.
Los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) y su diseño deben adaptarse a la disposición de la vivienda para garantizar un funcionamiento eficaz, y la propia casa debe construirse de forma que se evite la entrada o la acumulación de humedad, sobre todo a medida que las viviendas se construyen con normas de mayor eficiencia y con envolturas más ajustadas. “No se trata de que los propietarios tengan un doctorado en calidad del aire interior”, dice Herro. “Se trata de crear sistemas que permitan a la vivienda gestionar de forma proactiva la calidad del aire interior para sus ocupantes”.
Aunque esto siempre ha sido importante, Akel destacó que COVID-19 ha cambiado la narrativa sobre la importancia del aire saludable en el hogar para los clientes. “Ahora la gente entiende mejor la relación entre la calidad de la construcción, el tipo de materiales utilizados, la calidad del aire interior… nuestras casas son realmente un lugar seguro, un lugar sano, donde podemos pasar mucho tiempo”, dijo. “No deberían hacernos enfermar, o incluso matarnos. No se trata sólo de diferenciación. Es lo correcto, simple y llanamente”.
